Thursday, June 28, 2007

Jardín en un balcón IV Clima

Dijimos que cada planta del planeta está adaptada a una combinación suelo-clima. Hasta ahora hemos hablado del suelo pero no del clima. Empecemos por la lluvia con la que no podemos contar pues en general los balcones tienen otros arriba. Por otro lado las macetas siempre son relativamente pequeñas y el agua rápidamente se evapora, así que la misma planta que en un jardín, plantada en el suelo, no requiere más que el agua de lluvia, en un balcón requiere riego diario. Pero después vamos a hablar especialmente del riego.

Otras cuestiones son mucho más determinantes por ser difíciles o imposibles de controlar. En las calles norte- sur el viento es más fuerte que en las que van de este a oeste. Cuanto más arriba, más viento, a igualdad de otros factores. En la misma exposición y a la misma altura, la exposición de los balcones puede ser diferente si son recedidos o salientes y si tienen o no parapetos laterales.

El asoleamiento y la temperatura son determinantes en la elección de especies. Y a veces se pueden regular un poco, por ejemplo con un toldo. Es importante que veamos qué pasa en los balcones vecinos, qué plantas subsisten más o menos a la misma altura. En el balcón mismo, hay rincones de diferente exposición y unas plantas pueden servir para proteger a otras del viento. Por ejemplo si hacemos una doble hilera poniendo por afuera las más rústicas. Por un lado tenemos que observar qué es lo que hay en balcones similares y por otro diseñar una estrategia de protección.

Puede ocurrir que se usen las plantas para proteger las ventanas del sol. En ese caso podría ser interesante usar vegetación caduca. Esta deja pasar los rayos en invierno y los frena en verano. Resumiendo lo más determinante en los balcones es el viento, y, si todo se rompe, siempre se puede recurrir a unas matas de plantas crasas , también llamadas suculentas, a las que más adelante les dedicaremos un espacio.

Friday, June 22, 2007

Jardín en un balcón III Tierra

Si hay algún ítem en el cual puede ser necesario gastar un poco de dinero es la tierra. La tierra, el sustrato en el que se desarrolla la planta tiene que estar en óptimas condiciones. A veces pasa que uno se encuentra con una vieja maceta en la que vive una planta y, cuando se da cuenta de que la tierra está apelmazada, tanto que parece una piedra, se pregunta cómo es que esa planta subsiste. Lo bueno es estar en la situación opuesta, una tierra con una estructura esponjosa, que permita el desarrollo de la raíz y no sólo el desarrollo sino el cumplimiento de sus funciones de sostén y de absorción para la nutrición. No se si vieron en las películas cuando una mano se mete en la tierra y agarra un puñado, bueno esto no lo podríamos hacer ni por broma en nuestro campo, en la pampa, pero eso es lo que debe pasar con la tierra de la maceta.

Aquí vale hacer una reflexión sobre las características de las plantas. Obviamente en cada lugar de la tierra hay plantas autóctonas, son las plantas que naturalmente crecen en ese suelo y clima. Teóricamente esa situación tenemos que reproducir para que las plantas se desarrollen bien. Sin embargo la información que se tiene en general sobre cada planta es bastante vagorosa. ¿Han leído en publicaciones supuestamente especializadas que una planta tal viene de la China? ¿Se imaginan cuántas combinaciones suelo-clima hay en la China? Afortunadamente las plantas que cultivamos para adorno, que es lo que nos interesa, pertenecen a un elenco relativamente reducido, y en general forman parte de una categoría que los ecólogos denominan estrés- resistente, así como las cucarachas, los ratones o también el género humano. Y por eso podemos hablar de un sustrato universal mezcla de arcilla, humus y arena que puede llegar a tener algunas enmiendas en casos especiales. Tenemos la suerte de manejarnos bastante bien con esa receta general que nos va a servir para las plantas que podamos hacer en casa (las más difíciles o exigentes no es fácil que se vayan a reproducir en forma doméstica).

Ahora bien, si hablamos de la zona del litoral argentino, tierra arcillosa podemos encontrar en cualquier parte, en el campo, en las macetas viejas. Aquí en Rosario, tenemos muchas plazas y paseos con taludes que van perdiendo materia constantemente cuando llueve o se riega: se puede recoger tierra arcillosa en las veredas. Advierto que no saquen tierra de las cazuelas ¡Dejen a los sufridos árboles tranquilos!

Se puede recoger tierra mejor o peor de las volquetas cuando se hacen zanjas en las calles o se limpia algún terreno para comenzar una obra. Así que en ese sentido no vamos a tener problemas. También, cuando se descarga arena y los peones la transportan adentro, se puede pedir permiso para recoger lo que queda. También siempre hay arena en las tierras de barredura, no me pregunten por qué. Si no viven en un lugar muy transitado, barran debajo del cordón y recojan tierra con arena. Si uno va de paseo al río puede traerse una bolsita.

Finalmente llegamos al humus. El humus, ya se sabe, es materia orgánica en algún grado de descomposición. En el campo o en la isla, podemos encontrar esa famosa tierra de hojas, debajo de los árboles. Si tenemos alguna tía con una casa con fondo, podemos inducirla a colectar las cortaduras de césped, la barredura de hojas- que no estén apestadas- en un rincón escondido o en un pequeño pozo. De vez en cuando, si retiramos las hojas de arriba, encontraremos tierra negra en el fondo. Pero bueno, este puede ser el ítem en el que tengamos que gastar un poco, si no hay acceso a los recursos antedichos. Podemos comprar tierra de lombriz y resaca de río para mezclar con la arena y la tierra arcillosa. También en la plaza podemos recoger hojas de los pinos o de los cedros acumuladas al pié y agregarlas a la mezcla. Todos los elementos de que hemos hablado, pueden guardarse, no tienen malos olores, y es bueno tenerlos en reserva ya que en cualquier momento puede ser necesaria una operación de urgencia.

Resumiendo: tanto la arcilla como el humus proveen a la planta lo necesario para su nutrición. Pero para que este proceso se lleve a cabo, es necesario que la planta desarrolle en la tierra sus raíces, tanto para sujetarse y erguirse hacia arriba como para absorber el agua en la que se diluyen los elementos. Entonces destacamos la importancia de la constitución tanto química como física del sustrato. Y, de paso señalamos que es necesario también que la planta reciba la luz suficiente para elaborar, a partir de los elementos que absorbe, su propio alimento. O sea, todo ejemplar vegetal necesita luz y un cierto grado de humedad, que le va a llegar sólo a través de un adecuado sustrato.

Thursday, June 21, 2007

Jardín en un balcón II Macetas

Desde ya digamos que si queremos gastar poco o nada, habrá que suplir el dinero con ingenio, esfuerzo y tiempo. Puede ser que hayan heredado macetas, úsenlas sin pintar pues la terracota es hermosa en su estado natural y envejece bien. Pero si no las tienen, convénzanse de que las latas y los plásticos son igualmente buenos y útiles. Puede que tengan una vida más corta pero eso proporciona oportunidades para replantar. Hay que tener ojo con la herrumbre – por el piso, no por las plantas: se puede pintar la lata con antióxido. Para conseguir latas de 10 o 20 litros o recipientes de plástico equivalentes, es bueno estar alerta y detectar en donde se está pintando. Los pintores tiran cantidades de tarros por cada trabajo y por lo tanto no tienen inconveniente en regalarlos. A veces sólo hace falta sacar los papeles que los envuelven, y si estuviesen impresos se pueden limpiar con viruta. Para 5 litros se pueden usar recipientes de helado. Para mayores dimensiones hay que ver en el barrio qué taller o establecimiento compra elementos que vengan en barriles o contenedores semejantes. Hay que mirar las volquetas de las demoliciones con imaginación, a lo mejor encontramos una bañera u otro recipiente impensado como un viejo lavarropas (hasta he visto un antiguo inodoro decorado en relieve que era usado como portamaceta) por ahí una tina descartada por una rotura fácilmente solucionable con un poco de cemento. En las estaciones de servicio se encuentran latas de base cuadrada o prismática que se pueden abrir por arriba o por el costado cuidando doblar los bordes hacia adentro.

He visto una gran gama de recipientes, cacerolas, jarras de loza y de chapa galvanizada, hasta viejos radiadores vaciados. Y limpios por supuesto, lavados y lavados y relavados porque es obvio que las plantas no pueden absorber esos líquidos mefistofélicos que en una época te agujereaban la media, o pinturas o solventes. He visto también recipientes de madera hechos como para contener damajuanas usados como macetas. Si no duran mucho no importa, se reemplazan.

Quizás se sorprendan por las dimensiones que comento. Bueno, si uno es generoso con el medio de cultivo, la planta crece generosamente. Se puede pensar un poco groseramente que una mata corresponde a un sistema radical equivalente en tamaño. No es siempre así pero para el caso vale. Por supuesto una planta de sotobosque podrá quizás dar una copa más grande que la maceta que la contiene o un cactus que crece en el desierto tendrá una extensión de raíces mayor (me refiero al volumen de tierra abarcada) a la parte aérea. Pero son casos especiales.

Si finalmente acumulan recipientes de orígenes diversos puede que quede muy bien sobre todo cuando las plantas crecen y predominan. Pero si no queda canchero sino asqueroso, o por lo menos no se lo pueden aguantar, siempre está el recurso de pintarlas, de un mismo color neutro o sea no muy pigmentado. Un pardo claro o medio. Eso les puede dar una unidad. Lo que tiene que destacarse son las plantas.

En cuanto a las macetas de colgar, como no vamos a colgar algo muy grande, sirven sólo para matas pequeñas. Todo tipo de lata o recipiente de plástico puede servir. Si se las perfora lateralmente se pueden colgar de un clavo en la pared. También se pueden observar en las casas que venden esos artículos unos anillos de los que se atan tres tiras, o trenzas o tanzas o lo que sea, de los que se cuelga cualquier recipiente desde el techo. Pero hay que estar superseguro de que no se van a caer si se las golpea o si hay viento porque podrían producir un feo accidente dentro del balcón y mucho más afuera. Si un tarro se cae de varios pisos puede producir una muerte. Así que hay que tener mucho cuidado y descartar todo lo que no sea super seguro.

Bueno, tenemos los recipientes de todo pelaje, bien vacíos y limpios. Sólo falta una cosa: perforarlos en el fondo para que no se acumule el agua. Hagan ese trabajo con una perforadora o con un fierro caliente, si son de plástico, no les aconsejo un cuchillo porque podría rajar todo el plano. Según el tamaño de ese plano se pueden hacer uno o varios agujeros que se deben cubrir con un pedazo de maceta rota, que haga como una bovedita sobre cada uno de ellos para evitar obstrucciones. Arriba un poco de arena, una capa de unos dos centímetros para que ayude a filtrar el agua e impida que la tierra se aglutine tapando los agujeros. Esta recomendación se hace por lo siguiente: las raíces de la planta no sólo absorben agua sino que también respiran y para que ese intercambio gaseoso pueda tener lugar, la tierra no debe estar anegada sino con aire. Ustedes podrán alegar que tienen en su casa un potus en agua, y que vive así desde hace años. Es verdad para esa planta y algunas otras, pero en general vamos a usar plantas adaptadas para crecer en la tierra y éstas tienen ese requerimiento de aire intersticial. Aclaremos que, aparte de perforarlas, si el apoyo es franco sobre el piso, habrá que interponer una tablita o piedritas por debajo de la maceta, o cualquier cosa que no bloquee el escurrimiento.

Resumiendo, si queremos tener enredaderas o arbustos lo ideal sería conseguir maceteros bastante grandes y ubicarlos dentro del esquema propuesto. Una vez que hemos hecho nuestra acumulación de macetas, y las plantas van colgando sobre los recipientes mismos, es mejor dejar para siempre todo en su lugar, baldear si se quiere y que lo que salga, salga. Si queda un poco de tierra debajo, no la ve nadie. De otro modo los tarros y las plantas se van rompiendo de tanto movimiento.

Wednesday, June 20, 2007

Jardín en un balcón. I Consideraciones generales

Hoy en día se ve cada vez más la necesidad de crear espacios verdes en los que vivir dentro de la aridez de la ciudad. Es obvio que no todo el mundo puede encargar ese trabajo para que lo haga una empresa especializada, ya que los recursos deben dedicarse a necesidades más imperiosas. A ellos les dedico este trabajo. A aquellos que están dispuestos a dedicar esfuerzos e imaginación a crear su paraíso.

Vamos a ordenar la cosa siguiendo los ítems fundamentales: recipientes, tierra, plantas, pero antes vamos a hacer una reflexión sobre la planificación general. No importa que lo planeado no se pueda hacer de una sola vez, se podrá hacer por etapas, pero lo mejor es imaginar el conjunto para luego irlo concretando.

Conviene pensar en el uso del balcón. Puede ocurrir que sea un desempeño para que los niños jueguen. En ese caso es mejor tenerlo despejado. A lo sumo colgar algunas macetas fuera del alcance y permitir desplazamientos en sus pequeños vehículos. En un caso así, o cuando por ejemplo, se tiene un balcón francés (que es una baranda frente a la puerta ventana para que los habitantes no se caigan al vacío cuando abren) o cuando ni siquiera se tiene un balcón y se quiere ver una planta por la ventana se puede recurrir a los claveles del aire. Se han convertido en una verdadera plaga que amenaza nuestros parques. Para conseguirlos sólo hay que recogerlos en ellos luego de una tormenta y antes de que barran. Se hace un manojo juntando con alambre varias plantas, y se cuelga donde se vea bien y cuidando que quede expuesto al sol y a la lluvia. ¡Ojo que no son plantas de interior ni de sombra! Si quedaran al sol pero no expuestas a la lluvia rocíenlas cada tanto con el rociador de planchar. En primavera tendrán una hermosa floración roja y violeta. Cuando las flores se pongan feas, no las dejen semillar. Busquen una lata vieja, pónganla debajo del manojo de las susodichas plantas, y corten las flores, que caerán en la lata (así no se desparraman ). Dejen la lata en el piso del horno y cuando hagan una torta, las flores viejas se cocinarán y no prolongarán la plaga. Recién entonces las pueden poner en la basura sin remordimientos.

Pero volvamos al uso del balcón. Si es grande, cabrán mesas, sillas y plantas. Siempre veo las mesas delante de las puertas y pienso que es mejor desde adentro ver las plantas y ubicar la mesa en un entrepaño. Si es pequeño tenemos que decidir entre taparlo de plantas o dejar espacio para muebles. A lo mejor podemos hacer un compromiso llenando de plantas y sacando la silla afuera sólo cuando nos queramos sentar.

Si vamos a poner algunas pocas plantas o por lo menos vamos a comenzar así, es mejor juntarlas, pues las plantas se acompañan y forman un grupo más importante. Si queremos poner muchas (hay que pensar en consultar por la estructura portante) hay que hacer varios grupos, incluso se pueden poner las macetas apiladas como los gimnastas del norte de España.

Hay quien quiere que las plantas le sirvan de parasoles, podrían ser matas más tupidas en verano que en invierno. También pueden usarse para tapar las vistas, o para enmarcarlas. ¿Desde donde quieren ver las plantas? ¿Desde adentro de la casa o desde afuera? A mí me parece importante verlas desde adentro, pero hay quien puede desear que sus plantas lo reciban desde que da vuelta la esquina, o que aspiren a recibir el premio municipal. En fin, piensen un poco antes de obrar, hasta puede ser bueno tener un plan para después no cumplirlo.