Friday, June 22, 2007

Jardín en un balcón III Tierra

Si hay algún ítem en el cual puede ser necesario gastar un poco de dinero es la tierra. La tierra, el sustrato en el que se desarrolla la planta tiene que estar en óptimas condiciones. A veces pasa que uno se encuentra con una vieja maceta en la que vive una planta y, cuando se da cuenta de que la tierra está apelmazada, tanto que parece una piedra, se pregunta cómo es que esa planta subsiste. Lo bueno es estar en la situación opuesta, una tierra con una estructura esponjosa, que permita el desarrollo de la raíz y no sólo el desarrollo sino el cumplimiento de sus funciones de sostén y de absorción para la nutrición. No se si vieron en las películas cuando una mano se mete en la tierra y agarra un puñado, bueno esto no lo podríamos hacer ni por broma en nuestro campo, en la pampa, pero eso es lo que debe pasar con la tierra de la maceta.

Aquí vale hacer una reflexión sobre las características de las plantas. Obviamente en cada lugar de la tierra hay plantas autóctonas, son las plantas que naturalmente crecen en ese suelo y clima. Teóricamente esa situación tenemos que reproducir para que las plantas se desarrollen bien. Sin embargo la información que se tiene en general sobre cada planta es bastante vagorosa. ¿Han leído en publicaciones supuestamente especializadas que una planta tal viene de la China? ¿Se imaginan cuántas combinaciones suelo-clima hay en la China? Afortunadamente las plantas que cultivamos para adorno, que es lo que nos interesa, pertenecen a un elenco relativamente reducido, y en general forman parte de una categoría que los ecólogos denominan estrés- resistente, así como las cucarachas, los ratones o también el género humano. Y por eso podemos hablar de un sustrato universal mezcla de arcilla, humus y arena que puede llegar a tener algunas enmiendas en casos especiales. Tenemos la suerte de manejarnos bastante bien con esa receta general que nos va a servir para las plantas que podamos hacer en casa (las más difíciles o exigentes no es fácil que se vayan a reproducir en forma doméstica).

Ahora bien, si hablamos de la zona del litoral argentino, tierra arcillosa podemos encontrar en cualquier parte, en el campo, en las macetas viejas. Aquí en Rosario, tenemos muchas plazas y paseos con taludes que van perdiendo materia constantemente cuando llueve o se riega: se puede recoger tierra arcillosa en las veredas. Advierto que no saquen tierra de las cazuelas ¡Dejen a los sufridos árboles tranquilos!

Se puede recoger tierra mejor o peor de las volquetas cuando se hacen zanjas en las calles o se limpia algún terreno para comenzar una obra. Así que en ese sentido no vamos a tener problemas. También, cuando se descarga arena y los peones la transportan adentro, se puede pedir permiso para recoger lo que queda. También siempre hay arena en las tierras de barredura, no me pregunten por qué. Si no viven en un lugar muy transitado, barran debajo del cordón y recojan tierra con arena. Si uno va de paseo al río puede traerse una bolsita.

Finalmente llegamos al humus. El humus, ya se sabe, es materia orgánica en algún grado de descomposición. En el campo o en la isla, podemos encontrar esa famosa tierra de hojas, debajo de los árboles. Si tenemos alguna tía con una casa con fondo, podemos inducirla a colectar las cortaduras de césped, la barredura de hojas- que no estén apestadas- en un rincón escondido o en un pequeño pozo. De vez en cuando, si retiramos las hojas de arriba, encontraremos tierra negra en el fondo. Pero bueno, este puede ser el ítem en el que tengamos que gastar un poco, si no hay acceso a los recursos antedichos. Podemos comprar tierra de lombriz y resaca de río para mezclar con la arena y la tierra arcillosa. También en la plaza podemos recoger hojas de los pinos o de los cedros acumuladas al pié y agregarlas a la mezcla. Todos los elementos de que hemos hablado, pueden guardarse, no tienen malos olores, y es bueno tenerlos en reserva ya que en cualquier momento puede ser necesaria una operación de urgencia.

Resumiendo: tanto la arcilla como el humus proveen a la planta lo necesario para su nutrición. Pero para que este proceso se lleve a cabo, es necesario que la planta desarrolle en la tierra sus raíces, tanto para sujetarse y erguirse hacia arriba como para absorber el agua en la que se diluyen los elementos. Entonces destacamos la importancia de la constitución tanto química como física del sustrato. Y, de paso señalamos que es necesario también que la planta reciba la luz suficiente para elaborar, a partir de los elementos que absorbe, su propio alimento. O sea, todo ejemplar vegetal necesita luz y un cierto grado de humedad, que le va a llegar sólo a través de un adecuado sustrato.

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