Monday, April 30, 2007

Enredaderas IV Las más extrañas

Las enredaderas que menos conocemos son varias autóctonas de esta zona o de zonas cercanas.

Las campanillas azules y lilas (Ipomeas) que crecen en las vías del tren, son tan rápidas como para cubrir un cerco de alambre en una estación. En realidad son conocidas pero poco usadas en los jardines. También el mburucuyá o pasionaria crece generosamente.

La paraguayita, de flores rosadas, es más conocida. Las bignonias de flores amarillas (de los géneros Doxanta y Macfadyena) no tanto.

Me han regalado hace dos o tres años una enredadera hermosa, de flores violetas y blancas, en forma de espiral: la caracolillo (Phaseolus caracalla), que crece en las islas frente a Gaboto. Casi desaparece en invierno pero rebrota en primavera.

Vale la pena probarlas.

Tuesday, April 24, 2007

Enredaderas III Las perfumadas

madreselva

Aprovechando que se tienen cerca, en el patio o en una terraza, se pueden disfrutar los perfumes concentrados. Una de las recomendables es la madreselva, que tiene unas flores blancas y amarillas que aparecen en primavera y siguen hasta el verano. También los jazmines blancos como el de lluvia, el de leche, y el chino, que florecen en febrero-marzo, en noviembre y en agosto respectivamente y se pueden poner juntos para tener una más larga estación perfumada. Todas son generosas, fáciles de cultivar y de guiar.

En la casa de mis abuelos, en el segundo patio, había una planta apoyante muy fragante que ellos llamaban heliotropo. De flores violetas. Nunca la pude encontrar en un vivero así que no la he podido cultivar. (En el libro de PARODI, Lorenzo “Descripción de las Plantas cultivadas” en la Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería, Tomo I, segundo vol., p. 912, ed. ACME Saci, B. Aires 1980, se describen unas borragináceas del género Heliotropium, de origen peruano). Creo podría ser una de ellas. Si la encuentran en alguna vieja quinta prueben a ver si pueden propagarla, pero teniendo en cuenta que es mas bien pequeña.


Thursday, April 19, 2007

Enredaderas II

Hay muchas enredaderas que producen una fuerte mancha de color. Para florecer tienen que tener una buena incidencia de sol.

Una de ellas la Santa Rita: rojos violetas más o menos fuertes y otras de color naranja. Es buena para grandes pergolados donde se la puede dejar correr locamente, como en una quinta o en un parque. En la casa es difícil de mantener a raya, es dura de manipular porque pincha, y si se la poda mucho no florece en ese año. En todo caso hay que guiarla bien para tener identificadas las ramas guía y podarla por franjas alternadas así se tienen flores cada año.

Otras enredaderas interesantes son las bignonias, muchísimas especies y muy generosas.

Las más conocidas: bignonia naranja o bignonia venusta, de flores naranjas que aparecen en invierno, la bignonia rosada que florece a fines del verano y en otoño y la de flores azules que aparecen en verano. Todas esas de hoja perenne. De hoja caduca la que llaman clarín de guerra que florece en verano y es de color rojo-naranja.

El jazmín del cielo florece largamente desde la primavera hasta el otoño, en color celeste y tiene también una variedad de flores blancas. Es de follaje perenne.

La paraguayita se cubre de flores rosadas en verano y en invierno casi desaparece.

También la glicina es caduca, tiene una floración espectacular pero corta, en primavera antes de que salgan las hojas. De color violeta, es mejor comprarla cuando tiene flores para elegir el tono porque algunas son medio grises.

Quizás estas sean las enredaderas más conocidas entre las que tienen flores espectaculares. Lo que hay que pensar que ellas no tienen porte propio como los árboles, que hay que hacerles un buen soporte, que hay que guiarlas y podarlas porque por debajo se arma una cama de ramas secas que no es interesante y queda sólo verde afuera. Si no se guían no se pueden podar bien.